IDEO idea par BBVA



Cualquier Diseñador Industrial tiene asumido que descuidar los detalles priva al usuario de una experiencia completa por muy bien que funcione, lo que inhabilita la capacidad de emocionar, de sorprenderse y, sobre todo, de querer repetir en la interacción con el objeto, etc. En definitiva, hablamos de diseño de la experiencia del usuario, que es lo mismo que hablar de IDEO, sus máximos exponentes a nivel mundial.

Los chicos de IDEO ilustran perfectamente esta filosofía (no en vano fueron ellos quienes la democratizaron) y ahora nos sorprenden con un cajero creado especialmente para el banco BBVA. Éste, como todos sus diseños, es simple a la vez que efectivo, formalmente podríamos hablar que se trata en un cubo segmentado en cuya parte superior se ubica la pantalla táctil donde realizaremos las operaciones financieras, dejando bien resguardada a tu izquierda una superficie donde dejar tus pertenencias. Todo el contorno está rematado con un cristal translúcido que permite saber si alguien está cerca pero preseva la privacidad del usuario. Algo que sorprende es el hecho de que el cajero parece totalmente compacto, seguro y robusto sin transimitr al sensación de encontrarse interactuando con una "caja fuerte" como sucede con los modelos actuales.



Cómo habéis visto, este diseño tiene muchas implicaciones y conceptos interesantes, debo reconocer que personalmente me gusta. El objetivo que persigue BBVA con este cajero es reducir las colas de ventanilla, aumentando en las operaciones hechas por el mismo cliente. Por ello el gran reto radicaba en crear una máquina más humana, lo cual se logra materializando conceptos esenciales ligados al uso del producto. Así, adquiere un valor capital la seguridad, motivo por el cual crea una misma ranura tanto para el dinero como cualquier recibo; El cristal que nos rode, al ser translúcido, protege nuestra intimidad a la vez que nos permite ver quién se acerca sin tener que girar la cabeza mientras (o incluso el cuerpo completo como sucede con algunos cajero actuales) sobre el otro lado dejamos nuestras pertenencias, custodiadas entre la pared y nuestro propio cuerpo. Pese a todo esto, Una de las más grandes dificultades seguía siendo cómo convertir en agradable una experiencia muchas veces tediosa. El proceso se hace más personal pues el cajero memoriza las operaciones anteriores del cliente y sugiere aquella operación que se realiza con más asiduidad, incluso te permite escoger la cuantía de los billetes en la que se te abonará el dinero. Además, para ayudar al cliente a realizar operaciones más complejas, la inferfaz contempla un ayudante virtual de aspecto humano. Queda patente que junto al aumento de seguridad y privacidad, tenemos un servicio más personalizado y adaptado a las necesidades del cliente.



En definitiva: diseño honesto y simple a base de pocos colores; diseño funcional pero también atractivo en su apariencia e interacción. La clave para el éxito inicial del producto reside en haber analizado correctamente las necesidades del cliente y adaptarse a ellas, en vez de imponer criterios puramente estéticos o técnicos. Una lección para todos ¿no creeis?.

0 Comments:

Publicar un comentario