El Diseño Industrial sale a cuenta


Una de las conclusiones a las que ha llegado la economía moderna consiste en que el valor de cualquier producto o servicio vendido en un mercado competitivo no es un precio fijo y objetivo como pudiera ser cualquier unidad física. El valor de un producto o servicio depende de la utilidad atribuida por el consumidor.El diseño industrial es una actividad económica dentro de la economía de mercado, por lo que también se ve afectada por esta ley económica.


El reto del diseño industrial en España pasa en gran medida por convencer al cliente, es decir, al empresario, que nuestra actividad crea valor añadido, aumenta ventas, reduce costes y da beneficios. Si el diseñador industrial quiere vender sus ideas debe hablarle al empresario en su idioma, sabiendo de antemano que muchas veces éste le verá como gasto innecesario.

La Sociedad para el desarrollo del diseño y la innovación(DDI) realizó una investigación en toda España ya en 2005 donde básicamente demuestra el coste de no usar el diseño industrial. El dato inquietante es que el empresario ve en el diseño industrial una actividad que mejora la imagen de la empresa pero no tanto su cuenta de resultados. Aquí está el reto del diseñador industrial, convencer al cliente de la rentabilidad de su producto y por tanto incrementar el valor de sus servicios en el mercado.

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